martes, 15 de noviembre de 2011

“Me di un golpe y cuando desperté era gay”

“Cuando me desperté, me sentía raro”, explica Chris Birch, un inglés de 26 años. “Ya no estaba interesado en las mujeres, era completamente gay, aunque nunca antes me había sentido atraído por un hombre y ni siquiera tenía amigos homosexuales”.

El caso de Chris Birch es digno de una novela de ciencia ficción. Este joven era hasta la fecha un heterosexual más que se divertía con las aficiones típicas de la gente de su edad. Era jugador de rugby, trabajaba en un banco y pasaba las horas viendo deportes y bebiendo con sus compañeros de equipo. Incluso se había prometido con su novia y estaban pensando en irse a vivir juntos.

Sin embargo, durante un entrenamiento de su equipo el joven sufrió un accidente cerebrovascular y cuando despertó del coma aseguró que “era gay”, explica al diario inglés Mirror. Birch asegura que “no le preocupaba cómo era antes”, pero dice que “tenía que ser fiel a sus sentimientos”.

Ahora, el joven afirma que “odia todo lo referente a su vida anterior”. Ya no queda con sus antiguos amigos, no le gusta el deporte y encuentra su anterior trabajo “aburrido”. Chris ha sufrido un cambio radical y ahora se dedica a la peluquería, tiene un novio de 19 años y ha cambiado su look de forma espectacular. Pero, ¿es posible que alguien pueda cambiar de la noche a la mañana de orientación sexual? ¿Puede un golpe o una experiencia traumática cambiar nuestra personalidad, gustos o habilidades? Si se lo preguntamos a Birch, la respuesta es que sí. Sin embargo, ¿qué opinan los profesionales?

Chris Birch, antes del accidente.

José Antonio Portellano Pérez, neuropsicólogo y profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), asegura a El Confidencial que “no se cree esta historia” porque la orientación sexual no cambia de la noche a la mañana, pero da una serie de explicaciones que podrían responder de forma lógica a este caso.

Cuando alguien sufre un accidente cerebrovascular se produce un daño. En algunos casos puede desembocar en un coma, que es una respuesta automática de nuestro cuerpo para evitar que el cerebro sufra, reduciendo el consumo de energía. En el momento en que la persona sale del coma y “resucita” siempre se va a producir una laguna amnésica y el individuo puede llegar a recuperar la memoria parcialmente. Esto desemboca en posibles cambios emocionales que pueden producirse en nuestro carácter.

“Una salida del armario desde el propio cerebro”

Al verse afectada la zona prefrontal, que es la más importante de nuestro cerebro, la persona puede volverse más sensible, más agresiva, más irascible, puede perder el control, perder facultades comunicativas, etc. Por lo que estos cambios pueden llegar a decantar su orientación sexual, que ya estaría prefijada.

Sin embargo, Portellano afirma que no se puede responsabilizar al golpe de la orientación sexual de Birch. “Cuando se lesiona el cerebro, se dañan los sistemas internos que regulan las emociones. Si se perjudica al lóbulo frontal, responsable de la toma de decisiones, éste le impedirá que pueda ser como antes”. Por ello, el neuropsicólogo está convencido de que este caso podría responder a “una salida del armario desde el propio cerebro”.

Portellano comenta que sí podrían haberse producido cambios en la personalidad del joven, como que sea menos agresivo, más sensible y que ya no muestre interés por deportes como el rugby o por su trabajo anterior. Sin embargo, cree que al modificarse las conexiones entre el área racional y emocional y al producirse cambios en el órgano responsable de la toma de decisiones, esto podría haberle llevado a decidirse por dar a conocer su verdadera orientación sexual.

El neuropsicólogo asegura que si se daña el cerebro puede dañarse algún aspecto relacionado con el sexo, pero no sólo hay un área que está pendiente de este asunto, sino que hay muchas partes cerebrales entrelazadas que componen el centro sexual.

Para solucionar los posibles cambios que pueden producirse tras un accidente de este tipo, el profesor de la UCM recomienda acudir a rehabilitación cognitiva, donde a partir de una serie de ejercicios se conseguirá mejorar la memoria, la toma de decisiones o aprender a regular nuestras emociones.

Hay otros casos que hablan de una adquisición de habilidades tras sufrir una experiencia traumática de este tipo. Es lo que dice que le ocurrió Alan Brown, un padre de familia inglés que despertó de un coma tras haber sufrido un golpe en la cabeza. Este hombre asegura que cuando "resucitó", podía pintar y dibujar con increíbles detalles, a pesar de que nunca antes había tenido esta habilidad. “Es como si se hubiese accionado un botón en la parte creativa de mi cerebro”, aseguró este hombre.

Sin embargo, José Antonio Portellano también niega que tras una experiencia así puedan adquirirse nuevas habilidades y es claro sobre este asunto: “con un daño en el cerebro siempre se pierden facultades, no se gana ninguna”.

1 comentario:

  1. pues creo que si adquirió una habilidad, la de admitir que en verdad era gay, tal vez podría definirse como la capacidad de aceptarse como es o bien un aumento en la seguridad personal, bueno eso creo. XD

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